Pues bien, yo creo que esta relativa necesidad de sentirnos en un entorno verde, más allá de la ecológica y la conservación de la naturaleza, viene dada por nuestro hábitat natural original. Es decir, los humanos, al igual que los otros animales, no estamos diseñados para vivir encasillados en pisos en alguna zona de la ciudad, rodeados de asfalto y cemento. Pienso que las personas recurrimos a esta especie de "oasis" ubicados en las ciudades para tener esa sensación acogedora que tanto nos provocan los parques y jardines de las ciudades y que raramente encontramos entre las calles de nuestras ciudades.
Parque Alameda de Málaga.
Un paseo relajante por un parque es capaz de hacernos, si bien no olvidar, al menos reducir nuestras preocupaciones diarias y darnos un momento de respiro . Si todas las ciudades del mundo tienen parques, ya puede ser desde el Central Park de Nueva York hasta el parque de Los Pinos de Puente Genil, por algo será. Y es ahí donde pretendo llegar, a el por qué de esa insistencia en pintar nuestras ciudades de verde.
Reales Alcázares de Córdoba.
Las personas nos sentimos a gusto rodeados de vegetación y agua y eso se ha hecho evidente a lo largo de la historia. Nos proporcionan algo que nos devuelve a nuestro hábitat, un lugar alejado de la sociedad que hemos creado y en la que nos encontramos inmersos.



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